lunes, 29 de julio de 2013

Desarrollan un nuevo método para detectar el autismo

Autor: Enrique Armas Vargas, Perito Psicólogo, Universidad de La Laguna. Santa Cruz de Tenerife.

Hace tan solo unos días leí en la revista "Frontiers in Neuroscience" que entre 2010 y 2012 la Dra. Elizabeth Torres y el mexicanoamericano Jorge José habían desarrollado un nuevo método para diagnosticar el autismo.

Hasta ahora el diagnóstico, usualmente a los tres años, se hace de forma subjetiva a partir de preguntas a los padres sobre la conducta del niño, y el descubrimiento abre la puerta a diagnosticar el autismo a temprana edad y comenzar el tratamiento.

Torres y José centran su técnica en la detección de movimientos que miden colocando sensores en los brazos de niños autistas para registrarlos en una computadora, asociando los patrones de movimiento al diagnóstico y dejando un menor márgen para el error.

Se comprobó que los niños autistas de 12 o 16 años e incluso de 25 tenían los patrones de movimiento de un niño normal de tres. O sea que el sistema sensorial motor no maduraba y no interpretaba el mundo externo igual que nosotros.

José, doctor por la Universidad Autónoma de México (UNAM), destacó que "el gran descubrimiento es que hay evidencia de la manera como se mueven los niños que nos puede decir cuál es el grado de habilidad cognitiva que tienen comparado con los niños normales y en general, qué tan autistas son".

"Esto no existía antes. Es la primera vez que se tiene una medida cuantitativa para el autismo que no depende de la observación", dijo José, y explicó que en la intensidad de los movimientos no voluntarios "está la clave para identificar y medir el autismo".

Se comprobó que el movimiento de los niños con autismo es mucho más irregular que el movimiento de la gente normal. En algunos niños autistas es un alto grado de irregularidad, contrario a otros no autistas. Confirmándose que los autistas no pasan por la transición de un niño normal, ya que no desarrollan sus movimientos según crecen hasta tener control y poder anticipar lo que se va a hacer.

El principal hallazgo gira en torno a que el movimiento núnca se había relacionado con el autismo ya que se ha definido el síndrome como algo cognitivo, social.

El próximo paso será medir cómo se da la etapa de aprendizaje (del control del movimiento del propio cuerpo) en los niños autistas. Para poder medir toda esa etapa de aprendizaje y lograr construir un mapa de su cómo funciona su cuerpo. Con suerte, se tratará de pasos que nos acercarán más a comprender y lograr tratar este padecimiento.

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Enrique Armas Vargas es Licenciado en Psicología por la Universidad de La Laguna (Tenerife), donde desarrolla labores de investigador (desde 1995) sobre habilidades comunicativas, temática en la que tiene numerosas publicaciones. Es Master, además de profesor en Psicología Jurídica y Forense. Docente en los Masters de Psicología Jurídica y Forense (ESSCAN y COP de Tenerife); de Logopedia, Audición y Lenguaje de La Universidad Alfonso X El Sabio y el I.C.S.E. Con dedicación al campo de los menores en conflicto social. Ha sido director, coordinador, formador y asesor técnico de centros de menores (Cabildos de Tenerife y Lanzarote).

La foto que ilustra este post se ha publicado bajo licencia Creative Commons de Phae 2857327303 en Flickr. #2795439787

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